Portada » Artículos » ¿Donde está el nuevo Marx?
1 de Diciembre de 1999
Para muchos, la teoría de Marx es todavía útil y debe ser la base de los socialismos y comunismos europeos. Como ya habrán adivinado aquellos que me hayan leído alguno vez, no estoy nada de acuerdo con ellos. El marxismo tuvo una importancia clave en la revolución industrial y sirvió para limitar la explotación de los obreros, aunque la gran mayoría de sociedades que la han tomado como base han acabado fracasando.
En estos momentos, el liberalismo es la ideología casi única. Algunos pensadores hasta han analizado este fenómeno interpretándolo como el fin de la historia. No deja de ser curioso, S en estos momentos es cuando asistirnos a cambios vertiginosos que nos deberían llevar más bien al pensamiento contrario. Asistimos a una nueva revolución. Vivimos en el nacimiento de la sociedad de la información, la sociedad post-industrial.
Esta sociedad se caracteriza por la pérdida paulatina de puestos de trabajo en los sectores industrial y agrario, a medida que estos sectores se robotizan, Esto reduce aún más el número de empleos poco cualificados, aunque en España esto se palie en buena parte gracias a la importancia del sector hostelero. Ahora se necesitan trabajadores especializados, poseedores y creadores de información, entre los que nosotros nos encontramos.
Hace pocos días, escuché a un profesor decir en clase que actualmente la parte más importante en el desarrollo de nuevos vehículos es el software que contienen. Que los últimos modelos de Mercedes, por ejemplo, llevan más de 5Mb de software incorporado. En las fábricas robotizados, ya no es necesario hacer enormes series de productos idénticos para ahorrar dinero en la producción, pues la línea de producción es fácilmente adaptable. Esto permite productos cada vez más especializados, dirigidos a minorías. Los tiempos de las grandes cadenas en serie, siempre iguales, con todos (obreros y máquinas) haciendo siempre el mismo trabajo, llegan a su fin.
El liberalismo, corno ideología practica y asumidamente imperfecta que es, ha funcionado razonablemente bien tanto en sociedades agrarias como en industriales y post-industriales. El socialismo, al ser una ideología basada en exceso en Marx y sus medios de producción, lucha de clases, etc., necesita adaptarse a la nueva situación. Sin embargo lo que hacen es, o bien convertirse en liberales (la famosa tercera vía) o seguir aferrado a sus antiguas ideas (Jospin y compañía).
En tiempos de la era industrial, las revoluciones obreras lograron erradicar las jornadas de 14 horas y el trabajo infantil. Ahora es necesario que un nuevo socialismo impida la explotación excesiva a la que los nuevos trabajadores especializados, como nosotros, están expuestos. No es difícil ver a informáticos trabajando de sol a sol y no es sólo cosa de Arthur Andersen. Y eso irá más si el liberalismo no tiene el adecuado contrapeso, la necesaria competencia, como tuvo hace 150 años.
Necesitamos el Marx de era de Ia información. Ya. Un Marx que desdeñe lo educación en serie que padecemos e instaure nuevos métodos de educación especializado e individualizada. Un Marx que encuentre fórmulas para las que el reparto de empleo (las famosas 35 horas) pueda ser aplicable a los nuevos trabajadores especializados y, por tanto, poco sustituibles. Un Marx que, en definitiva, defienda a la nueva clase trabajadora, que poco a poco será la dominante.