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1 de Abril de 1999

Generación pasota

Mucha gente protesta ante las supuestamente odiosas generalizaciones. Sobre todo con las que tienen visos de ser ciertas y les af ectan. Una de las que más vueltas da por esta revista y sus alrededores (ya se sabe, ACM, Delegación, etc..) es el pasotismo de las generaciones más jóvenes de nuestra Facultad. De aquellos que entraron después del 95. No de todos, por supuesto, pues las generalizaciones... bueno, eso. Mas sí de la mayoría, del conjunto de la masa social de la Facultad.

Hace unos años, decía Isabel San Sebastián que los poderes públicos habían fomentado el pasotismo en colegios, institutos y televisiones, esas grandes educadoras. Un buen pasota se queja mucho, pero no hace nada; se conforma con vivir divertidos - y siempre parecidos - fines de semana y no se molesta en investigar formas de entretenimiento algo mas enriquecedores, como leer y demás cosas aburridas. Va al cine, pero a ver "Godzilla", no películas que puedan afectar su vida y darle a entender que la está perdiendo.

Conozco a muchos personas así, en mayor y menor medida, ya que nadie responde al cien por cien de un arquetipo. Y cada vez son más. Me entristece ver como dejan pasar su vidas, conformándose con estar entretenidos y preguntándome si en algún momento se preguntan si realmente son felices así. Si miran dentro de su alma y se preguntan que con su vida no hacen más que reforzar el poder de unos pocos.

Porque un pasota nunca se rebela. Y producirlos en cadena es la mejor forma de opresión que se ha conocido. Nunca habrá rebeliones, nadie retirará el voto a nadie - todos los políticos son iguales, ya, ¿quién te lo ha hecho creer? -, la infelicidad nunca provocará respuesta... y esa es la conclusión que me lleva a pensar que Isabel tenía razón. Siempre hay que buscar a quien interesa un hecho para saber quien lo ha provocado.

Mientras tanto, de vez en cuando, alguno de esos corderitos se da cuenta de lo que sucede, y se revela. Cada vez son menos, pero siempre hay alguien. ¿Y tú?

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